NAAFI: Mexican Jihad + Fausto Bahia + Tronis

NAAFI, las noches que le están dando la vuelta a la escena electrónica de Ciudad de México. De la periferia al centro. De pinchadas en cantinas cochambrosas y salas clandestinas, a festivales como el texano South by Southwest, Art Basel Miami, Sonar Barcelona, Nueva York, Tokio o Seul. Del machismo a lo queer. Del derecho de admisión y los clubes privados para gente guapa (y blanca), a la comuna sudorosa de piel mestiza y sonidos bastardos. La noche como el laboratorio arty de las políticas de identidad. NAAFI es una batalla contra la cultura club del Ciudad de México dirigida por chicos de fuera de Ciudad de México.

Alberto Bustamante es Mexican Jihad, originario de Oaxaca, Oaxca. Es arquitecto y desde el angulo –el del espacio y las situaciones – ejerce su funcion como director creativo de NAAFI. Alberto hace investigacion social, de consumo y mucha musica del futuro lennado asi el proyecto de #mexicanjihad de connotaciones politicas y culturales. Los sets de Mexican Jihad son conocidos por poner a bailar a todos los presentes con fricciones de genero y baile facil y reconocible. Es perreo, club Mexicano y pop imaginario.

Tomas Davo aka Fausto Bahia es originario de puerto escondido, oaxaca co-fundador de NAAFI junto con Mexican Jihad, lleva mas de 6 años a cargo del label. Ha tocado en Chile, Nueva York, Los Angeles, Londres, Berlin, Barcelona entre otras ciudad importantes con la propuesta de la electronica experimental con raices latinoamericanas que NAAFI representa.

Tronis es el nombre de calle de Jon Ander, un activo miembro de la escena electrónica más underground de Euskadi. El vizcaíno, sujeto habitual de las farras más divertidas de Bizcaia y alrededores, se ha recorrido medio estado español como parte de la entourage de Chill Mafia, grupo revelación y renovación de la escena musical de Euska Herria, encargándose de mantener la llama prendida en los afterparties de sus conciertos. En su pendrive: mucha calle y muy poco postureo, puro reflejo de su propia idiosincrasia personal. Graves muy gordos, regusto por la gran familia musical del dub, pero también por géneros que invitan al baile frenético sin importar los bpms. Un torbellino encantador tras los platos que satisfará las ganas de los que bailan sin complejos.